¿QUÉ HACE ILES DE PAIX?

Iles de Paix se centra en la promoción de sistemas alimentarios sostenibles. Este sistema representa cuestiones importantes tanto a nivel local (para las familias y comunidades rurales que la ONG apoya en África y América Latina) como a nivel mundial (seguridad alimentaria y resiliencia al cambio climático). A nivel de cooperación internacional, la ONG apoya a las familias con pequeñas explotaciones agrícolas para que puedan mejorar, aumentar y diversificar su producción. Esto les permite tener suficiente comida durante todo el año, respetando su entorno. Iles de Paix apoya a las familias y organizaciones de agricultores para que mejoren su capacidad de almacenar, procesar y comercializar su producción. Esto permite a las familias mejorar sus condiciones de vida, enviar a sus hijos a la escuela, pagar la sanidad, reinvertir en sus explotaciones, etc. Moviliza a las autoridades y sensibiliza a la población para que participe en la transición agroecológica de su región. En Bélgica, Iles de Paix actúa a varios niveles: informando, sensibilizando, movilizando e interpelando a los individuos y a los políticos, en favor de la ciudadanía global y la solidaridad, y por extensión, en favor de los sistemas alimentarios sostenibles.

Y MÁS CONCRETAMENTE?

En cuanto a la concienciación, Iles de Paix sensibiliza a los jóvenes a través de sus programas de Educación para la Ciudadanía Global y la Solidaridad (desde las escuelas infantiles hasta los institutos y universidades) proporcionando recursos educativos y actividades sobre diversos temas de solidaridad internacional, así como proyectos de larga duración (viajes de aprendizaje, estancias de inmersión, etc.). Iles de Paix sensibiliza a los consumidores sobre los beneficios de una alimentación más sana y, sobre todo, más local y ecológica.
En cuanto al acompañamiento, la ONG apoya a los profesores y futuros profesores en el descubrimiento de la educación para la ciudadanía global y la solidaridad. Iles de Paix también ofrece viajes de formación para profesores.
A nivel institucional, Iles de Paix, también miembro de la Coalición contra el Hambre, trabaja con los responsables políticos para apoyar los cambios estructurales hacia sistemas alimentarios belgas e internacionales más justos y sostenibles. Es una acción reconocida en el panorama de las ONG belgas que sensibiliza a miles de personas sobre la importancia de los sistemas alimentarios sostenibles y recauda fondos para financiar el trabajo de Ile de Paix en Bélgica y en el extranjero. La ONG colabora con las autoridades de los municipios donde opera para que tengan en cuenta las necesidades de las comunidades agrícolas y las apoyen a largo plazo. En cuanto al apoyo agroecológico, Iles de Paix acompaña a las familias de agricultores ofreciéndoles formación técnica en prácticas agroecológicas. También ofrecen apoyo basado en una planificación de los pasos necesarios para alcanzar la situación deseada para la explotación familiar. La ONG ofrece formación a los agricultores sobre métodos de almacenamiento, transformación y venta, así como ayuda para acceder a la infraestructura necesaria. Iles de Paix forma a las familias agricultoras en técnicas específicas de lucha contra la sequía (compost, abono orgánico, etc.) y proporciona equipos agrícolas a las comunidades. La ONG trabaja con grupos de mujeres que producen, procesan y comercializan verduras, frutas y cereales. Iles de Paix trabaja para mejorar el acceso al agua para el ganado de ciertas poblaciones, con 12 puntos de agua ya construidos o renovados en el norte del país.

¿DÓNDE ACTÚA LA ISLA DE LA PAZ?

Bélgica, Benín, Burkina Faso, Uganda, Perú y Tanzania.

¿CUÁL ES LA SITUACIÓN EN ESTOS PAÍSES?

El sistema alimentario europeo también se enfrenta a límites. El número de explotaciones agrícolas disminuye cada año, lo que conduce a una concentración de tierras y medios de producción. Los productores están expuestos a sequías e inundaciones cada vez más frecuentes. La calidad del suelo y la biodiversidad se están erosionando como consecuencia del impacto de nuestro suministro de alimentos en el medio ambiente. Además, una parte importante de la población no tiene acceso a una dieta sana y equilibrada. Estos desequilibrios e injusticias también tienen consecuencias en los sistemas alimentarios de los países del sur, donde las exportaciones europeas contribuyen al desequilibrio de los sistemas alimentarios locales. Benín es uno de los países más pobres del mundo, con casi la mitad de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza con menos de 50 euros al mes. Más de un millón de personas no tienen suficiente para comer, especialmente las familias dedicadas a la agricultura. Las cosechas suelen ser escasas para alimentar a toda la familia durante todo el año debido al deterioro de la calidad del suelo, el uso incontrolado de fertilizantes y pesticidas químicos y el impacto del cambio climático. Burkina Faso se enfrenta a una crisis de seguridad debido a los incidentes violentos y a un importante desplazamiento de la población, ya que 560.000 personas han sido desplazadas del país. Las familias experimentan un deterioro de sus condiciones de vida debido a las crisis de seguridad y de salud. 3 millones de personas sufren inseguridad alimentaria (1 de cada 6 habitantes). Paradójicamente, el 86% de la población trabaja en la agricultura y la ganadería, pero las comunidades agrícolas son cada vez más vulnerables debido al cambio climático, etc. En Uganda, el cambio climático y la presión demográfica están aumentando la vulnerabilidad y provocando crecientes problemas de fertilidad del suelo. En Perú, las políticas agroexportadoras y mineras llevan más de 30 años en vigor, afectando negativamente al medio ambiente y a la biodiversidad, así como a la mayoría de las familias rurales del país, que no pueden salir de la pobreza. Las tasas de desnutrición infantil en las zonas rurales varían, según la región, entre el 30 y el 40%, mientras que la obesidad se ha convertido en un problema en las zonas urbanas que afecta al 24,6% de los mayores de 15 años. Además, Perú depende de las importaciones de alimentos, mientras que los pequeños agricultores tienen dificultades para comercializar sus productos. El país también ha sufrido una grave y recurrente sequía desde 2002, lo que lo convierte en uno de los países más vulnerables al cambio climático. Tanzania es uno de los países más pobres del mundo, ocupando el puesto 163 de 189 países en términos de PIB de la población. Casi el 70% de la población activa trabaja en el sector agrícola, en pequeñas explotaciones. Estas poblaciones son especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático, como las inundaciones y las sequías, cada vez más frecuentes en el país. La dieta poco diversificada y pobre en nutrientes extiende el fenómeno de la malnutrición en el país, especialmente entre los niños.