¿QUÉ HACE EL CARI?

El objetivo principal del CARI es luchar contra la destrucción de los suelos en los medios áridos, víctimas del cambio climático, y en particular en África, el Magreb y el Sahel.

¿Y MÁS CONCRETAMENTE?

Desde 1998, el CARI trabaja para ayudar a la población de las zonas áridas, sobre todo en África. Ejecuta proyectos de desarrollo agrícola destinados a garantizar la seguridad alimentaria de las poblaciones mediante el uso de métodos que combinan el medio ambiente y la rentabilidad. En la actualidad, ocho países del Magreb y del Sahel están directamente concernidos por las actividades del CARI.

El CARI actúa a través de 4 ejes principales:

• Federar a los actores franceses de la desertificación: el CARI acompaña y facilita los intercambios entre asociaciones, colectividades locales, científicos y empresas, a través de dos organizaciones temáticas: el Grupo de Trabajo sobre la Desertificación (GTD) y el Programa de Solidaridad del Agua (WS-Water), a nivel de Marruecos y de la región de Occitanie, así como a través de dos organizaciones regionales: Occitanie Cooperation y Agropolis International.
• Salvar los oasis: joyas del desierto, los oasis son ecosistemas frágiles, sensibles al cambio climático y desatendidos por los jóvenes. El CARI apoya la concertación entre las asociaciones de oasis y contribuye al intercambio de experiencias sobre el tema. Junto con los habitantes de los oasis, ejerce presión a escala nacional e internacional para promover la salvaguardia del patrimonio material e inmaterial que representan los oasis. El CARI también coordina la RADDO (Red Asociativa de Desarrollo Sostenible de los Oasis) y contribuye a varios proyectos en Argelia, Marruecos, Mauritania y Túnez.
• Gestión sostenible de la tierra en el Sahel: las tierras del Sahel, ya de por sí muy áridas, se ven especialmente afectadas por el cambio climático. La intervención del CARI en el Sahel se inscribe en la voluntad de mejorar la situación de las poblaciones rurales que se enfrentan a la degradación de los recursos naturales, en particular de la tierra. El CARI mejora la estructuración del entorno asociativo en torno al tema de la lucha contra la desertificación. Apoya la construcción de una incidencia nacional e internacional de la sociedad civil sobre las cuestiones de la lucha contra la desertificación, para que se tenga en cuenta la tierra como elemento central de las cuestiones de desarrollo sostenible. El CARI también apoya a los actores de la lucha contra la desertificación en el Sahel para mejorar sus prácticas y su capacidad de intervenir en sinergia. El CARI también se implicó desde el principio en la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, y ha contribuido a mejorar la presencia y el reconocimiento de la sociedad civil en este marco de toma de decisiones, sobre todo poniendo en marcha varias redes de la sociedad civil a escala nacional, regional (Sahel) e internacional. También coordina la Red de Desertificación del Sahel (ReSaD), que nació en 2010 de una asociación entre el CARI, las organizaciones francesas agrupadas en el Grupo de Trabajo sobre Desertificación (GTD) y las plataformas de ONG sahelianas de Níger, Mali y Burkina Faso. Por último, el CARI y ReSaD contribuyen a la aplicación de la Iniciativa de la Gran Muralla Verde para el Sáhara y el Sahel, un marco político y estratégico panafricano, adoptado por los Jefes de Estado y de Gobierno de la comunidad sahelo-sahariana en 2005, para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones locales a largo plazo, permitiéndoles vivir de su tierra, de los frutos de su trabajo gracias a una gestión sostenible de la tierra, al tiempo que aumentan sus ingresos y garantizan su seguridad alimentaria.
• Promover la agroecología: El CARI apoya las iniciativas locales que contribuyen a la resiliencia de las zonas áridas. El CARI defiende una agricultura local, intensiva y diversificada para aumentar la autonomía de las poblaciones en términos económicos, sociales y medioambientales, mediante la puesta en marcha de intercambios entre agrónomos que permitan compartir técnicas de producción sostenibles (para una mejor conservación del agua o la valorización de los recursos animales, entre otras). Junto con Agrisud, AVSF y GRET, CARI formó el GTAE (Groupe de Travail sur les Transitions AgroEcologiques) en 2016 para reunir los conocimientos adquiridos para evaluar el impacto de la agroecología, identificar factores específicos de éxito y difundir los conocimientos disponibles para una adopción más amplia de la agroecología.

¿DÓNDE TRABAJA EL CURRY?

Argelia, Burkina Faso, Malí, Mauritania, Marruecos, Níger y Túnez.

¿CUÁL ES LA SITUACIÓN EN ESTOS PAÍSES?

El 74% de los pobres del mundo se ven directamente afectados por la degradación de la tierra. Entre 1.500 y 2.000 millones de personas de más de 100 países están amenazadas por la desertificación.

Debido a su clima árido, el Sahel es una zona donde los equilibrios de los ecosistemas son especialmente frágiles. Estos equilibrios están amenazados por las crecientes necesidades de la población, pero también por el cambio climático. Numerosos agentes (asociaciones, ONG, científicos, instituciones) trabajan para promover una gestión sostenible de la tierra en el Sahel, pero de forma descoordinada.

Los oasis son ecosistemas frágiles, sensibles al cambio climático y desatendidos por los jóvenes. En el Magreb, la sociedad civil no tiene la misma libertad de expresión que en otros lugares. Por ello, el CARI facilita esta expresión para exigir cambios que a veces son difíciles de expresar.

El CARI trabaja con las poblaciones rurales de las zonas áridas que se enfrentan a riesgos climáticos, políticos y económicos. El CARI les acompaña en la defensa de sus derechos a escala local, nacional e internacional.